Título de la obra: ¿Me das un poco?
Autora: Ángeles Spinoza
3 Personajes:
- Marcela
- Esteban
- Rogelio
Parte uno
Entra Marcela buscando algo. Pasan unos minutos y después empieza a sentir hambre. Busca comida en la alacena; no encuentra nada
Marcela: ¡otra vez! (gritando) ¡Esteban! ¡Esteban!
Marcela sale y casi inmediatamente vuelve a entrar seguida de Esteban.
Marcela: Mira.
Esteban: ¿Qué cosa?
Marcela: ¿Qué ves?
Esteban: Nada.
Marcela: ¡Exacto! Nada, no hay nada
Esteban: ¿Y por ese magnífico descubrimiento me interrumpes?
Marcela: Se tiene que ir, ya no puede seguir aquí.
Esteban: ¿Quién?
Marcela: ¡Rogelio!
Esteban: Me imagine que hablabas de él, pero no estoy seguro de entender por qué lo sacas ahora a colación.
Marcela: Se está acabando todo; se lleva todo; agarra todo.
Esteban: Pues dile algo, tú lo invitaste a vivir aquí.
Marcela: Ahora es mi culpa.
Esteban: Yo no dije eso; sólo digo que fuiste tú la que le dijo que podía quedarse aquí mientras encontraba otro lugar.
Marcela: (suspira) Si ya sé… es sólo que no le puedo decir nada.
Esteban: ¿Por qué no?
Marcela: Porque es entrar en conflicto y ya sabes que no me gustan los conflictos.
Esteban: Si tampoco es que lo vayas a correr, nada más coméntale que no se puede estar acabando la comida de todos.
Marcela: Ni el shampoo, ni el detergente, ni el anti-congelante, ni los chicles: ¡los chicles! ¡los benditos chicles se los come!
Esteban: (ríe) Sólo dile que consuma sus cosas y ya.
Marcela: No puedo
Esteban: ¿Por qué no? Si se lo dices amablemente no tiene porqué enojarse ni nada.
Marcela: No, si no es porque se vaya a enojar, es porque es mi primo.
Esteban: ¿Y eso no lo hace más de confianza?
Marcela: Es qué si le digo algo, él seguro le va a decir a mi tía, y mi tía le va a contar a mi mamá, y mi mamá me va a reclamar a mí.
Esteban: Entonces yo le digo…
Marcela: (interrumpiéndolo) ¡No!
Esteban: ¿Por qué?
Marcela: Por que a ti no te ha hecho nada, sólo agarra mis cosas; yo creo que piensa que como soy su prima todo queda en familia… no te quiero inmiscuir, no quiero que la agarre contigo por nada.
Esteban: Entonces ¿qué vas a hacer? ¿Enojarte y aguantarte?
Marcela: No, me voy a cobrar de la misma forma, para que vea lo que se siente. Así entenderá y dejará de hacerlo.
Esteban: Eso puede complicar las cosas ¿no crees? Yo pienso que deberías decirle que es mejor si cada quien consume lo de cada quien, y ya.
Marcela: No, ya te dije que eso es más complicado. Por lo pronto me voy a comer sus gomitas….
Parte dos
Rogelio está en la misma estancia buscando en la alacena. Visiblemente molesto, toma el teléfono
Rogelio: (llamando por teléfono) Hola… ¿Y? ¿qué pasó? ¿sí tiene lugar? … ¡Nada! ¿hasta cuándo?… (sigue buscando cosas) Es que ya no aguanto, necesito mi espacio, necesito mudarme ya… pues lo de siempre, que el pedazo de marido de mi prima se está terminando todas mis reservas… sí, sí, sí todo, no deja nada: mis dulces, mi leche, mi jabón… ¡cómo le voy a decir algo! Seguro me meto en problemas con mi prima, que además seguro le dice a mi tía y ella a mi madre y luego ¡zaz! Mensaje tras mensaje exigiéndome que les llene la alacena o les haga un flan… ¿cómo?… sí, claro que estoy seguro que es él; ella es mi prima no me fastidiaría tanto… no, mira, ya déjalo, yo veré qué hago mientras consigo otro apartamento. Por lo pronto, avísame si sabes de algo… sí… sí, está bien… Nos vemos.
Rogelio sale
Parte tres
Marcela está acostada visiblemente enferma. Rogelio y Esteban están con ella
Rogelio: Es que no entiendo, ¿por qué no me dijiste nada?
Marcela: Ya te dije que no quería pelear
Rogelio: ¿Pero, por qué te comías todas mis cosas?
Marcela: Por la misma razón que tú le pusiste laxante a la gelatina: para vengarme.
Rogelio: Si, pero yo creí que era Estaban el que me estaba desfalcando.
Esteban: (indignado) ¿Yo?
Rogelio: (a Esteban) ¡Claro! ¿cómo iba a pensar mal de mi prima? es familia.
Estaban: ¿Y no se te ocurrió que, en efecto, era venganza porque tú nos estabas desfalcando a nosotros?
Rogelio: ¡Ay! Si apenas y agarraba un poquito…
Marcela: ¡Un poquito! Te acabaste hasta los chicles… ¡ay! (se queja de los retortijones)
Rogelio: Bueno, pero pensaba reponerlo.
Esteban: Y todo lo demás también, supongo.
Rogelio: ¿Qué demás?
Esteban: El shampoo, y el anticongelante, y tooodooooo mi licuado de proteínas…
Rogelio: No, eh, el licuado no porque ese fue después de su estrategia de venganza (señalando a Marcela).
Marcela: ¡Y la tuya que! ¿Me vas a reponer el intestino?
Rogelio: Ya se te pasará el efecto, y luego, es cuestión de rehidratarte.
Marcela y Esteban: ¡También te acabaste el agua!
Oscuro final.
Muy coherente el texto dramatico. El lenguaje y el desarrollo de las escenas muy bien.
Muchas gracias Gilma, nos alegra que te haya parecido así!
no tienes obras de teatro callejero o obras de teatro absurdas es decir obras de teatro del absurdo
Hola Juan, gracias por tu comentario.
Ya tenemos más de 100 guiones originales publicados. Sin embargo creo que no tenemos uno que se adapte a lo que pides, así que lo tendremos en cuenta como sugerencia para próximas creaciones.
Saludos!
Hola me gusto mucho la obra me ayudó para una obra que tenía que hacer
Muy chida la obra de teatro