Obra de Teatro Corta: «La Bella y la Bestia»
Autor: Madame Leprince de Beaumont
Adaptación a la obra: Georgina Gimenez
Personajes
- Narrador
- Mercader
- Bella
- Hermana Mayor
- Hermana Menor
- Bestia
Acto I:
(En el escenario, una casa humilde en el campo. El mercader y sus tres hijas están presentes.)
Narrador: Había una vez un mercader adinerado que tenía tres hijas. Las tres eran muy hermosas, pero especialmente la más joven, a quien todos llamaban Bella. Además de bonita, era también bondadosa, y por eso sus orgullosas hermanas la envidiaban.
Hermana Mayor: (Burlándose) Bella, siempre tocando el piano y rodeada de libros. ¡Qué estúpida eres!
Narrador: Repentinamente, el mercader perdió todo lo que tenía y no le quedó más que una humilde casa en el campo. Tuvo que trasladarse allí con sus hijas y les dijo que no les quedaba más remedio que aprender a labrar la tierra.
Mercader: Hijas, tendremos que trabajar la tierra para sobrevivir.
Hermana Menor: ¡Nunca! Yo no haré eso.
Bella: (Con determinación) Llorando no conseguiré nada, trabajando sí. Puedo ser feliz aunque sea pobre.
Narrador: Así que Bella hacía todo el trabajo. Preparaba la comida, limpiaba la casa, cultivaba la tierra y hasta encontraba tiempo para leer. Sus hermanas, lejos de estarle agradecidas, la insultaban y se burlaban de ella.
Acto II:
(En el escenario, el mercader recibe una carta.)
Narrador: Un día, el mercader recibió una carta informándole que un barco traía mercancías suyas. Al oír la noticia, las hijas mayores sólo pensaron en recuperar su vida anterior.
Hermana Mayor: ¡Papá, tráenos caros vestidos!
Hermana Menor: ¡Sí, vestidos y joyas!
Bella: Padre, sólo tráeme unas sencillas rosas.
Narrador: Pero el mercader apenas pudo recuperar sus mercancías y volvió tan pobre como antes. Durante su regreso, se desató una tormenta terrible. Encontró refugio en un castillo misterioso.
(En el escenario, el mercader entra en un castillo, ve comida y ropa limpia.)
Mercader: (Probando la comida) ¡Qué extraño! No hay nadie aquí.
Narrador: Al día siguiente, al ver las rosas del jardín, recordó la promesa hecha a Bella. Se dispuso a cortar una rosa cuando apareció ante él una bestia enorme.
Bestia: ¿Así es como pagáis mi gratitud?
Mercader: ¡Lo siento! Yo sólo pretendía… son para una de mis hijas…
Bestia: ¡Basta! Os perdonaré la vida con la condición de que una de vuestras hijas me ofrezca la suya a cambio. Ahora ¡iros!
Acto III:
(En el escenario, la casa del mercader. El mercader cuenta lo sucedido.)
Narrador: El mercader llegó a casa exhausto y apesadumbrado. Les contó a sus hijas lo que había sucedido.
Hermana Mayor: (Insultando a Bella) ¡Es tu culpa! ¡Eres una caprichosa!
Hermana Menor: ¡Sí, tú tienes la culpa de todo!
Bella: (Con firmeza) Iré yo.
Mercader: ¿Cómo dices, Bella?
Bella: He dicho que seré yo quien vuelva al castillo y entregue su vida a la bestia. Por favor, padre.
Narrador: Bella llegó al castillo y se asombró de su esplendor. Encontró un aposento escrito «aposento de Bella» con un piano y una biblioteca.
Acto IV:
(En el escenario, Bella en el castillo. La Bestia aparece.)
Narrador: Esa noche, Bella cenó con la Bestia. Aunque estaba nerviosa al principio, se dio cuenta de lo humilde y bondadoso que era.
Bestia: Si hay algo que deseéis, no tenéis más que pedírmelo.
Narrador: Con el tiempo, Bella comenzó a sentir afecto por la Bestia. Aunque él le preguntaba todos los días si quería ser su esposa, ella siempre contestaba honestamente.
Bella: Lo siento. Eres muy bueno conmigo, pero no creo que pueda casarme contigo.
Bestia: (Suspirando) Está bien, entiendo.
Acto V:
(En el escenario, Bella habla con la Bestia.)
Narrador: Un día, Bella le pidió a la Bestia que le dejara ir a ver a su padre, que había caído enfermo.
Bella: Por favor, déjame ir a ver a mi padre. Está enfermo.
Bestia: Ve, pero por favor vuelve pronto si no queréis encontrarme muerto de tristeza.
Narrador: Bella prometió volver en ocho días, pero se quedó diez. Soñó con la Bestia muriendo en el jardín y regresó de inmediato.
(En el escenario, Bella encuentra a la Bestia en el jardín, medio muerta.)
Bella: ¡No! ¡No os podéis morir! ¡Seré vuestra esposa!
Narrador: Entonces, una luz maravillosa iluminó el castillo. Bella se dio la vuelta y vio que la Bestia se había transformado en un apuesto príncipe.
Príncipe: Gracias, Bella. Habéis roto el hechizo. Un hada me condenó a vivir con esta forma hasta que encontrase a una joven capaz de amarme y casarse conmigo.
Narrador: El príncipe se casó con Bella y ambos vivieron juntos y felices durante muchos, muchos años.
FIN